El Informe sobre la Brecha de Emisiones es el informe insignia del PNUMA que se publica cada año antes de las negociaciones anuales sobre el cambio climático. El Informe sobre la Brecha de Emisiones hace un seguimiento de la discrepancia entre la situación de las emisiones mundiales con los compromisos actuales de los países y la situación en la que deberían encontrarse para limitar el calentamiento global a 1,5 ºC. En cada edición se exploran las maneras de colmar la brecha de emisiones.

¿Qué novedades aporta la edición 2023?
Además de proporcionar información actualizada sobre la situación de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y la situación en la que deberían encontrarse, la edición de 2023 se centra en las transiciones energéticas en los países de ingreso bajo y medio y examina el papel de la remoción de dióxido de carbono (RDC) a la hora de cerrar la brecha de emisiones. Este año es crucial, ya que se publicará el Balance Mundial, y este informe llega para informar las decisiones que se toman una semana antes de la COP28 y servirá como aportación clave al Balance Mundial.

Mensajes clave

En un momento en el que las temperaturas alcanzan máximos históricos y las consecuencias del cambio climático se intensifican, el Informe sobre la Brecha de Emisiones 2023, titulado Un megahit candente: Aun con temperaturas récord, el mundo fracasa en reducir sus emisiones (por enésima vez), concluye que el mundo se dirige hacia un aumento de la temperatura mundial de entre 2,5 y 2,9 °C por encima de los niveles preindustriales, a menos que los países aceleren su acción climática y cumplan más de lo prometido en sus compromisos climáticos de aquí a 2030 en consonancia con el Acuerdo de París.

Las emisiones previstas para 2030 deben reducirse al menos entre un 28% y un 42% en comparación con los escenarios de continuidad con las políticas vigentes con el fin de cumplir los objetivos de 2 °C y 1,5 °C del Acuerdo de París, respectivamente. A fin de garantizar la posibilidad de cumplir los objetivos del Acuerdo de París, resulta necesario fortalecer las medidas de mitigación durante la presente década mediante la reducción de la brecha de emisiones. Esto facilitará objetivos más ambiciosos para 2035 en la próxima ronda de compromisos climáticos y aumentará las probabilidades de lograr los compromisos de cero emisiones netas, compromisos que abarcan aproximadamente un recorte del 80% en las emisiones mundiales.

El mundo entero está registrando récords de temperatura alarmantes, que exacerban los fenómenos meteorológicos extremos y demás consecuencias climáticas en todo el planeta.

• De enero a principios de octubre de 2023, se registraron 86 días con temperaturas superiores a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. Septiembre fue el mes más caluroso de la historia desde que se tienen registros, alcanzando una temperatura media mundial de 1,8 °C por encima de los niveles preindustriales.
• Las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) aumentaron un 1,2% de 2021 a 2022, lo que representó alcanzar 57,4 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente (GtCO2eq), un récord más.
• Asimismo, las emisiones de GEI en los países del G20 aumentaron un 1,2% en 2022.
• La distribución de las emisiones sigue siendo desigual entre los países y dentro de su territorio, lo que refleja patrones mundiales de desigualdad.

A pesar de la aceleración de los desastres climáticos, los esfuerzos de mitigación han sido insuficientes, lo que significa que el mundo se encamina durante este siglo hacia un aumento de la temperatura muy por encima de los objetivos climáticos acordados.


• Si se mantienen los esfuerzos de mitigación tal cual como los plantean las políticas vigentes, el mundo limitará a lo largo de este siglo el calentamiento global a 3 °C por encima de los niveles preindustriales.
• La aplicación cabal y continuada de los esfuerzos contemplados en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) incondicionales (es decir, sin ayuda financiera externa) pondría al mundo en el camino para limitar el aumento de la temperatura a 2,9 °C.
• Si además se cumplieran y continuaran las CDN condicionales (es decir, con ayuda financiera externa), las temperaturas no superarían los 2,5 °C por encima de los niveles preindustriales.
• En el escenario más optimista, si se cumpliesen todas las CDN condicionales y los compromisos de cero emisiones netas, se lograría limitar el aumento de la temperatura a 2,0 °C. Sin embargo, las promesas de cero emisiones netas no se consideran verosímiles en la actualidad: ninguno de los países del G20 está reduciendo las emisiones a un ritmo coherente con sus objetivos de cero emisiones netas.
• En el escenario más optimista, la probabilidad de limitar el calentamiento a 1,5 °C es sólo del 14%.

El mundo necesita reducir las emisiones de 2030 en un 28% para situarse en la senda de menor coste para el objetivo 2 °C del Acuerdo de París y en un 42% para el objetivo 1,5 °C.

• Se calcula que las CDN incondicionales y condicionales fijadas esta década reducirán para 2030 las emisiones mundiales en tan solo un 2% y un 9%, respectivamente, con respecto a las emisiones previstas en el escenario de políticas vigentes y suponiendo que se apliquen las CDN en su totalidad.

• Las CDN incondicionales actuales implican que, para lograr la trayectoria de 2 °C, se requiere reducir 14 GtCO2eq adicionales en las emisiones con respecto a lo previsto de aquí a 2030. Para la trayectoria de 1,5 °C se necesita una disminución de 22 GtCO2eq.

• La aplicación cabal de las CDN condicionales requiere de 3 GtCO2eq menos que las dos estimaciones mencionadas.

Se han logrado avances desde la firma del Acuerdo de París, pero acelerar significativamente su aplicación en esta década es la única manera de mantener abierta la ventana de oportunidad para limitar el calentamiento global a 1,5 °C sin rebasar los objetivos o solo levemente.

• Los avances políticos han reducido esta brecha de implementación de los compromisos, entendida como la disparidad entre las emisiones previstas con las políticas vigentes y la plena implementación de las CDN.

• En el momento de la adopción del Acuerdo de París, se proyectó que las emisiones de GEI aumentarían un 16% en 2030 sobre la base de las políticas vigentes. En la actualidad, el aumento proyectado es del 3%.

• La brecha en la implementación mundial para 2030 se estima en aproximadamente 1,5 GtCO2eq para las CDN incondicionales (inferior a las 3 GtCO2eq del año pasado) y 5 GtCO2eq para las CDN condicionales (inferior a las 6 GtCO2eq del año pasado).

• Nueve países han presentado CDN nuevas o actualizadas desde la COP27 de 2022, lo que eleva a 149 el número total de CDN actualizadas.

• Si todas las CDN incondicionales nuevas y actualizadas se aplican plenamente, se estima que reducirán las emisiones de GEI en unas 5,0 GtCO2eq al año de aquí a 2030, en comparación con las CDN iniciales. Las nueve CDN presentadas desde la COP27 suponen alrededor de 0,1 GtCO2eq de este total.

• Sin embargo, a menos que los niveles de emisiones en 2030 se reduzcan en comparación con los niveles que implicaría la plena aplicación de las CDN, será imposible establecer vías de mínimo coste que limiten el calentamiento global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, con al menos un 33% de probabilidades, durante este siglo.

Fuente: https://www.unep.org/es/resources/informe-sobre-la-brecha-de-emisiones-2023

Informe sobre la Brecha de Emisiones 2023